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Francia, Alemania o Inglaterra vieron como una ola de entusiasmo y curiosidad inundó sus salones de espectáculos hasta exceder su aptitud. Todos querían ver un combate de boxeo entre un humano y un canguro. Fue un periodo de tiempo en el que todos querían ayudar a una riña de pugilismo marsupial.
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Jack, El Canguro Boxeador De Las Antípodas Y Los Pugilistas Marsupiales
Jack por el momento no lucharía contra su reflejo nunca más. Era el momento de entrenar junto a un fenómeno de carne y hueso. Y así prosiguieron los adiestramientos durante un par de años, hasta que en 1891 llegó la hora de su debut, un enfrentamiento público contra su entrenador, elProfesor Landermann. Ese amuleto era Jack, un canguro normal y corriente, a quien el destino forzó a transformarse en una estrella. Poseemos este diseño disponible en un número de otros artículos en nuestra tienda.
Importaciones de canguros desde Australia, películas sobre pugilistas marsupailes, contratos similares a las estrellas de cine y salones de entrenamiento atracaron en Europa y USA en 1880. Para añadir las próximas novedades a tu compra, escoge otro vendedor. El logo “Gift Base” es una marca registrada. El uso no autorizado, la reventa o la copia de este diseño del producto o cualquier información está estrictamente prohibida. Los gastos de envío, la fecha de entrega y el total del pedido se detallan al finalizar la compra. Para la da un giro el profesor decidió que Jack tuviera una compañera, y se hizo con una canguro de 18 meses que se transformaría en la pareja del púgil.
Día 4 – El Reto De Los Canguros
Y como si de una película de boxeo se tratase se propuso realizar de él toda una historia de historia legendaria del pugilismo universal. Hemos listo la cena y hemos cenado en el roof de la furgo, con vistas al mar y con vistas a los canguros. En el momento en que el sol ha bajado, hemos ido a mirar la puesta de sol adjuntado con los canguros. Enfrente tenemos la playa salvaje, sin ediciones, como és, y detrás tenemos aparcada la Wicked Camper, rodeada de canguros y Melo está muy contenta.
Ya puede, habiendo casi tres por cada habitante con documentación personal en regla. El resto del escudo del país lo forman los símbolos de los estados australianos, el zarzo dorado (una pluralidad de acacia característica en Australia) y el emú, otro de los enormes representantes de la fauna local. De esta manera fue de qué manera la idea mucho más tonta, propia de un verdadero estúpido, caló entre sus semejantes y se transformó en uno de los negocios del espectáculo mucho más fértiles de finales del siglo XIX y principios del XX. Y de qué manera los combates con canguros pugilistas viajaron de Australia a Europa y Estados Unidos para convertirse en una de las demostraciones de mayor éxito y más manifiestas de la estupidez humana. La atracción por los canguros pugilistas en Inglaterra se había disparado. Jack y Landermann ya formaban una parte del personal del Royal Aquarium de Londres y su nómina parecía estar bien amarrada.
Visualizaciones de Woody Allenen televisión durante los setenta boxeando en una escena degradante, o la desquiciada película de Daniel Mann, Matilda, de 1978, son ciertos ejemplos. Aun en la actualidad es posible ver en you tube combates de canguros púgiles con un fácil rastreo. Los canguros Digger, Sindney, Skippy o Aussie fueron de los pocos presentes directos de aquella etapa de esplendor marsupial donde los canguros dominaros el arte del boxeo.
En el cuadrilátero, entre risas y señales con el dedo, un canguro con guantes de boxeo y 2 humanos; un árbitro, y un púgil presto a luchar contra el marsupial. Aquello parecía una broma, no podía ser verdad. El murmullo en tono de burla del público cesó al notar a Jack levantarse y adoptar una postura erguida, exponiendo pecho a la altura de su contrincante. Demostró que aquello no era una broma, que era capaz de pelear como un humano, de esquivar y comprender las reglas del deporte. Nadie había visto cosa semejante en su vida.
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Pero todo terminó un día en el momento en que el corcel interpretó los movimientos gesticulares de un espectador como un desafío de combate. Aquel hombre acabó en el hospital, y Landermann juzgado. El espactáculo fue un éxito ¡Una victoria del pujil marsupial! Todo estaba preparado, y el público lo sabía. Era un combate amañado, pero el movimiento del canguro sobre el cuadrilátero dejaba asombrados a todos aquellos que acudián al espectáculo.
Un época increíblemente desquiciada que daba a su fin con la llegada del siglo XX. Comenzaron los contratos y el entusiasmo se desbordó. Todo el planeta quería ver batallar a Jack.
Les gusta lo bueno, claro ;-)Mucho más vale que los canguros no se apoderen de un manual sobre cómo hacerse con el poder, por el hecho de que como duplican en número a quienes habitamos Australa. ¿Una pelea como humanos contra delfines en The Simpsons? Improbable, esto es Australia y aquí se viene a disfrutar de una experiencia única.